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Amor Maduro

Un hombre maduro te va a amar de pies hasta la última estría y arruga que vaya apareciendo en tu cuerpo. Jamás sentirá pena por tu estatura o por tus defectos y nunca te juzgará por tu pasado.

Un hombre te querrá todos los días, incluso en aquellos días del mes en los que ni tú misma te aguantas.

Ese hombre va a creer en tu libertad, amará tus ocurrencias, tus metas, ambiciones, y cada detalle que hace “perfecta” a una mujer.

Nunca querrá cambiar nada de ti, simplemente te ayudará a crecer, te ayudará a que tengas sed de ser mejor que ayer. Porque un hombre no cambia, si no te ayuda a crecer y evolucionar.

Un hombre te da alas, no te las corta. Te da la mano cuando estás en el suelo, el hombro para que llores cuando ya no aguantes más, sus brazos cuando no te sientes segura, y su calor cuando sientas frío.

El hombre también necesita sentirse bien, seguro, amado y valorado. Aunque los hombres tienden a ser reacios a hablar de temas emocionales y de sus necesidades íntimas eso no significa que estas no existan.

Ya sea por el condicionamiento social o una inhabilidad para comunicar sus necesidades, los hombres (que tienden a ser la persona menos comunicativa en una relación íntima) son propensos a sufrir silenciosamente cuando sus necesidades emocionales no están siendo cumplidas por sus parejas.

Los hombres tienen egos conocidamente sensibles. Necesitan confirmación frecuente sobre ellos mismos, sus carrera, su eficacia como pareja, su potencia sexual y su atractivo (entre otras cosas). Los hombres sienten el respeto como amor. Los hombres y las mujeres se conectan a través del sexo y la comunicación, pero generalmente, las mujeres se conectan mejor a través de la comunicación y los hombres a través del sexo. Los hombres quieren que las mujeres se comuniquen de manera directa, no quieren pistas.

Pero, todo esto suena muy individualista. La relación de pareja no es sobre quien da más en la relación, quien ama más, quien apoya más. La relación de pareja es de dos y como estas dos personas se complementan para ser mejores juntos. Una relación de pareja puede tener sus altibajos, pero es cuestión de compromiso y entendimiento de ambas partes para hacerla funcionar. No todo puede ser color rosa ni tampoco perfecto, lo ideal es saber superar obstáculos y dar lo mejor de sí mismos para conseguir tener una buena relación de pareja.

Sigue leyendo el siguiente artículo para descubrir una serie de pasos que te ayudarán a lograr tu cometido y hacer que tu relación sea única y duradera.

Acepta sus costumbres. Debes reconocer que eres un ser individual, que tienes tus propias manías, forma de ser, distinta educación y diferentes gustos. Lo mismo pasa con tu pareja, ambos quieren compartir todo pero vienen de dos mundos diferentes.

Se deben aceptar tal y como son, sin pensar que algún día llegarán a cambiar el uno al otro. Las características de cada persona se acentúan con el tiempo, así que es mejor conocerse y aceptarse que pretender cambiarse.

Sé abierto y aprende. Al vivir una relación de pareja descubrirás muchos aspectos de ti mismo que realmente no conocías. No solo hallarás nuevas características de ti mismo sino que también te encontrarás con información valiosa acerca de cómo es tu pareja. Observa con atención y aprende cuáles son los aspectos que necesitan mejorar, cómo podrían relacionarse mejor, cuándo tirar y cuándo ceder para que todo funcione.

Tomen juntos las decisiones sin dejar que otras personas influyan. Tú y tu pareja deben tener claro que es muy importante la privacidad y no dejar que otros se entrometan en su relación. Muchas veces la familia, en su afán por ayudar, termina tomando decisiones en la relación que seguramente ninguno de los dos habían considerado.

Compartan. En una buena relación de pareja es preciso que se compartan las cosas que influyen de manera directa en la pareja, incluyendo problemas y dificultades. Mientras más compartan menor será la carga para ambos.

Resuelvan los inconvenientes. La pareja debe ser capaz de resurgir después de haber pasado una etapa difícil o acontecimiento traumático. Deben enfrentarse a los problemas lo antes posible.

Vivan el presente. No sirve de nada repasar una y otra vez los acontecimientos del pasado. Para lograr una relación sana, debes concentrarte en el presente y tratar de solucionar los problemas que tienen en la actualidad (si es que los tuvieran). La queja constante sobre hechos pasados produce que tu pareja se sienta abrumada, agotada y que no se interese por lo que estás expresando.

Comuníquense de forma fluida. Como en todo tipo de relaciones, la comunicación cumple un papel fundamental para mantenerla saludable. Deben ser capaces de comunicarse abiertamente y decirse las cosas que les agradan y las que no.

Si estás enfadado por algún motivo es mejor que se lo digas y le expliques qué es lo que te hace enfadar, antes que dejar que tu pareja se imagine cuál es la causa de tu enojo. Puede que no acierte con la causa del problema, que piense cosas que no son y se termina empeorando la situación. La comunicación afianzará la relación, se sentirán más compenetrados y aumentará la complicidad entre ambos.

Mantén tu individualidad. Es importante que compartan cosas en pareja, pero con límites. Estos límites están impuestos por el simple hecho de que cada uno es un ser individual, que tiene diferentes necesidades. Deben ser capaces de darse su espacio y la libertad necesaria para realizarse como seres individuales.

Salir a tomar un café con un amigo o practicar un deporte con otras personas no es señal de que la relación va mal, por el contrario, solo muestra que cada uno debe tener su espacio personal, donde desarrollarse más allá que como pareja.

Comparte tiempo con tu pareja. Es necesario mantener tu individualidad, pero también debes dedicar tiempo a la persona que amas. Dedícate a realizar actividades juntos, compartan sus gustos, sus costumbres, todo lo que ayude a compenetrarse cada vez más.

Ten confianza en tu pareja. A medida que la relación va avanzando, podrás construir las bases para confiar plenamente en tu pareja. Cuando desconfías o tienes celos desmedidos, lo único que haces es desgastar la relación y crear conflictos constantemente. Es difícil confiar de buenas a primeras, pero ello se va construyendo a medida que se va conociendo a la persona. La confianza en una pareja es importante, pues es uno de los pilares para que todo marche por buen camino.

Respeta a tu pareja. El respeto abarca muchos aspectos y es fundamental para llevar una relación sana. No puedes exigir que te respeten si tú no estás dispuesto a respetar. Las agresiones solo generan resentimiento, el cual corroe el amor verdadero.

Escucha a tu pareja. No dejes de prestar atención a lo que tu pareja te dice. Muchas veces la rutina, el cansancio, el trabajo o la familia influyen para que te aburras rápidamente de escuchar a tu pareja, incluso más cuando se torna repetitiva. Recuerda que tú eres su cable a tierra, así como lo es tu pareja para ti. El escuchar es un simple acto de gran ayuda.

Ten en mente tus necesidades. A menudo sucede que tu pareja no te da lo que necesitas o lo que estás buscando en otra persona. Puede ser que tú prefieras una relación más libre, o que la otra persona esté pendiente de ti, o que tengan grupos de amigos diferentes. Las posibilidades son infinitas, pero si no se las comunicas a tu pareja puede que nunca las consigas. Ten en claro qué es lo que quieres para que lo puedas expresar. Averigua qué es lo que tu pareja necesita de ti para que puedas cubrir sus propias necesidades. Mantén expectativas razonables, tienen que ser posibles de lograr o nunca tendrás una buena relación porque nunca alcanzarás lo que deseas.

No es bueno aferrarse a alguien solo por el hecho del tiempo pasado con el o ella, tarde o temprano, uno o ambos se dan cuenta de que ya la relación no es la misma, y sentirán que han perdido el tiempo sin ninguna razón.

Ver todo lo bueno que una persona te aporta a tu vida para hacerla más increíble, dejando a un lado tantos temores o estar cuestionándose por todo, al fin y al cabo mientras estemos vivos podemos hacer todo lo que nuestro corazón nos dicte. ¡La existencia es maravillosa!

“Si el amor es real, tómense de la mano, en las buenas y en las malas, hasta el final”. ¡Habrán momentos difíciles, momentos para celebrar, pero si es una relación saludable: ámensen, apóyense, respétense y que viva el amor!

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